El próximo lunes se celebra el Día de la Enseñanza y hemos querido señalarlo en nuestro blog con un conocido poema de Gabriel Celaya, poeta español de la llamada "poesia comprometida" de la generación literaria de la postguerra. Va junto a él nuestra más cordial y efusiva felicitación a todos los maestros y maestras. Por su esfuerzo diario, por su generosa amabilidad y por su empeño en hacer realidad la enseñanza como una ciencia del amor y la libertad. Enhorabuena y muchas felicidades.
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca,
hay que medir, pesar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso uno
tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta
y un kilo y medio
de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco -ese niño-
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
(Gabriel Celaya)