El pasado viernes se acabó el curso y preparamos una pequeña fiesta para despedirnos hasta el próximo septiembre. Ya hemos adquirido cierta experiencia en esto de organizar las fiestas de clase y acordamos traer cada uno algo para compartir: bebida o chuches y juegos.
Después de echar alguna partida a los juegos que trajimos o de intercambiarnos las "maquinitas", que el maestro nunca ve bien que traigamos, preparamos la mesa y fuimos picoteando de todo un poco.
Pasaron por nuestra fiesta los maestros especialistas que nos han dado clase, el Director, la profesora de Pedagogía Terapéutica, el Orientador y la PTSC (Profesor Técnico de Servicios a la Comunidad). También estuvo Lola que nos obsequió con una tarta de los "Minions". Todos nos desearon unas felices vacaciones.
Pero, como en toda fiesta que se precie, no nos faltó una buena actuación musical a cargo de nuestra compañera Elena, que nos deleitó con varias piezas musicales a la guitarra. ¡Es asombroso lo que ha avanzado desde el año pasado en que nos hizo la primera interpretación con ese instrumento!
Al final de la mañana, nuestro maestro nos despidió como ha venido haciendo todos los viernes de estos dos últimos años, insistiéndonos en que nos esforcemos en la mayor amabilidad posible, especialmente con nuestros abuelos, padres y hermanos. Bueno... también nos recordó, con su vehemencia habitual, la necesidad de leer mucho este verano.
Ha sido, el de hoy, un buen día.
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